lunes 10 octubre, 2022

Clásicos

Chevrolet Corvette 1956 elegancia y poder que perdura en el tiempo.

El Corvette 1956 fue una gran actualización del modelo pasado, si bien a nivel de bastidor y mecánica continuaba siendo el mismo que el modelo anterior, incluido el eje rígido trasero, el C1 1956 recibía una nueva carrocería, un techo flexible mejor diseñado y sobre todo más potencia y mejores acabados, además de nuevas opciones de equipamiento.

En 1956 se sometió a un rediseño profundo de su carrocería, aunque respetando las proporciones y el chasis. Los faros delanteros dejan de estar cubiertos por una rejilla, los traseros son de nuevo diseño ya que eliminaron las aletas y las salidas de escape quedan posicionadas más hacia el exterior. El peso aumentó hasta los 1433 kg (3159 lb). La carrocería podría ser bicolor y optar por un hardtop, disponible en varios colores. Las opciones también aumentaron notablemente, además del ya mencionado “hardtop”, se podía equipar con techo de lona eléctrico, un motor mejorado que daba 225 HP (228 CV; 168 kW) o elevalunas eléctricos.

Los modelos ‘56 y ‘57 son fácilmente reconocibles por contar ya con el nuevo diseño de carrocería, sin las aletas traseras pero una sola óptica circular a cada lado. Si el modelo de 1956 contaba con el mismo V8 de 4.34 litros anterior, este ahora contaba con opciones de potencia entre 212 y 243 CV (210-240 hp), mientras que el modelo de 1957 estrenó un V8 mayor, de 4.6 litros y 294 CV, que además estrenó la inyección de combustible y una nueva transmisión opcional de 4 velocidades.

El Corvette es el deportivo americano por excelencia. Con más de medio siglo de vida, continúa suscitando las mismas pasiones que en sus inicios. Curiosamente, el primer modelo, presentado en 1953, no causó el impacto que su fabricante había calculado y estuvo a punto de ser descatalogado, al lanzar Ford su Thunderbird, como respuesta tuvo la suerte de una segunda oportunidad.

Corvette 1953

Desde su aparición, el Corvette, cuyo nombre se deriva de un ágil y pequeño barco de guerra del siglo XlX fue conceptualizado como un biplaza, con motor delantero, tracción trasera y atractiva carrocería hecha de fibra de vidrio, todo un imponente y elegante deportivo americano.