miércoles 14 septiembre, 2022
SuvFerrari entra en el universo SUV con el Purosangue, con un motor V12 de la vieja escuela

Ha llegado el momento: Ferrari ya tiene su propio SUV. Tarde o temprano sabíamos que pasaría y la marca de Maranello lleva tiempo anunciándolo.
Se llama Ferrari Purosangue y es el primer todocamino con el logotipo del Cavallino Rampante. También es la última incorporación a la cada vez más amplía liga de “superSUV”, pero tiene algo que es imposible encontrar en cualquiera de sus rivales: un Motor V12 Atmoferico.

SUV, sí, pero también Ferrari

Y es que Ferrari siempre ha hecho las cosas a su estilo y el hecho de lanzar un SUV no cambia su forma de proceder. Es su primer coche con cinco puertas y con más altura de lo habitual, pero lleva el mismo ADN que el resto de automóviles de la marca. Es más, es uno de las pocas alternativas de su catálogo con motor de doce cilindros.


Son muchos los Ferrari de cuatro plazas, pero hasta ahora no habíamos visto ninguno con dos puertas más de lo habitual. A lo largo de los últimos años, los de Maranello han ido evolucionando su particular concepto de coche familiar, pasando del clásico esquema del 456 GT a propuestas más atrevidas, como el 612 Scaglietti, el Ferrari FF y, más recientemente, el Ferrari GTC4Lusso.

Con este último descontinuado, se puede decir que el Ferrari Purosangue es el nuevo miembro de esta familia de Ferrari con un extra de polivalencia. De paso, Ferrari se adapta a una tendencia que llegó para quedarse hace ya muchos años: la de los todocaminos.

Lo que estaba claro es que el Purosangue no podía ser uno más y Ferrari ha conseguido marcar distancias con el resto de fabricantes a través de varias soluciones. Para empezar, es más un crossover que un todocamino al uso.
Con 4,97 metros de largo, 2,02 metros de ancho y 1,59 metros de alto, juega en la misma liga que otros mastodontes como el Aston Martin DBX, el Bentley Bentayga o el Lamborghini Urus, pero parece que va mucho más pegado al suelo y su diseño le hace parecer más compacto.

Ferrari ha jugado sus cartas y, de alguna manera, ha conseguido enmascarar el enorme tamaño del Purosangue, pero solo hay que fijarse en las ruedas para darse cuenta de sus verdaderas dimensiones: están calzadas en llantas de 22 pulgadas delante y 23 pulgadas detrás y, sin embargo, parecen “pequeñas” dentro de esos pasos de rueda gigantes.

Pero utilizar llantas enormes no es el único recurso del equipo de diseño de Maranello para disimular los casi cinco metros del Purosangue. También han optado por retrasar mucho el habitáculo, dibujar un larguísimo capó y “esconder” las puertas traseras.
El truco no es nuevo, de hecho, lo vimos hace tiempo en el Mazda RX-8 y más recientemente en el Mazda MX-30: las puertas traseras se abren en sentido inverso a las delanteras y no tienen tirador exterior.
Coloquialmente se llaman puertas de estilo suicida, pero, a diferencia de otros coches que las llevan, como el Rolls-Royce Phantom, no se abren desde un tirador exterior, como el de las delanteras, sino que hay que abrir primero estas últimas para acceder al mecanismo de apertura de las posteriores.

Gracias a ellas y a la ausencia de una manilla, el lateral del Purosangue es muy limpio y da la impresión de que estamos ante un tres puertas. Otra de las cosas positivas de esta solución es que el ángulo de apertura de las puertas traseras de 79 grados, por lo que el acceso a la parte posterior del habitáculo es bueno.
INTERIOR DEL PUROSANGUE
Destaca la enorme consola central, los controles del climatizador ubicados en la parte central del salpicadero y la pantalla auxiliar enfrente del copiloto, más grande que la de otros Ferrari.

Los asientos posteriores, a pesar de su forma, son reclinables de forma independiente, ajustables y calefactados. Cuando se abaten, el maletero de 472 litros se amplía y queda un suelo completamente plano. Ideal para llevar la bici o ir de compras a Ikea.



Pero lo más importante del Ferrari Purosangue es lo que no se ve: su motor V12 a 65 grados de aspiración natural que es capaz de girar a un máximo de 8.250 rpm.
Hay otros SUV de altos vuelos con motor de doce cilindros, como el Rolls-Royce Cullinan y el Bentley Bentayga Speed, pero ninguno sin turbo. El resto de todocaminos deportivos utilizan motores de ocho cilindros.

Una caja de cambios automática F1 DCT de doble embrague y ocho marchas se encarga de mandarlos a las cuatro ruedas motrices a través de un sistema de tracción total como el del GTC4Lusso.
En la parte dinámica, Ferrari no se ha olvidado de su ADN y ha echado el resto. Además de los múltiples modos de conducción, el Purosangue cuenta con el primer sistema de suspensión activa de Ferrari. Se llama Ferrari Active Suspension Technology y su acrónimo es toda una declaración de intenciones: FAST.

Como novedad en Ferrari, estrena un control de descenso de pendientes, pero es complicado imaginar que un Purosangue vaya a salir de la carretera en alguna ocasión. Sea como sea, es un crossover y puede hacerlo. Otra cuestión es si alguien tenía la necesidad de hacerlo.